Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) benefician a la sociedad a través de los servicios ambientales que ofrecen, que incluyen abastecimiento de agua limpia, regulación del clima, polinización y protección contra tormentas, además de ser espacios para recreación y donde México salvaguarda su enorme biodiversidad.
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De acuerdo con varios autores, la protección de las ANP es un tema de seguridad ambiental y también de seguridad nacional. El daño a estos territorios no sólo pone en riesgo la integridad ambiental y el equilibrio ecológico, sino que también amenaza la estabilidad social, la gobernabilidad, las instituciones y el propio desarrollo económico.
Además, las ANP actualmente contribuyen, de manera poco reconocida pero crucial, en muchos ámbitos de la vida cultural, social y económica del país. Decenas de pueblos indígenas son legítimos dueños y custodios de las ANP, lo cual hace estos espacios de suma relevancia para el legado biocultural de México; son territorios que proporcionan seguridad alimentaria; son claves en la lucha contra el cambio climático (tanto para la mitigación como para la adaptación); y proporcionan medios de vida y subsistencia de muchas comunidades.
POLEA trabaja promoviendo el fortalecimiento del Sistema Mexicano de Áreas Naturales Protegidas y el esquema de Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), y también para contribuir a mejorar las capacidades de los actores e instituciones clave a través de la prestación de asistencia técnica.
Proporcionar elementos técnicos, legales y financieros para construir una mayor voluntad política y fortalecer las capacidades de las y los tomadores de decisiones en materia de conservación de las ANP y su biodiversidad, es a su vez una oportunidad para contribuir con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y otros marcos internacionales aplicables.