El 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, fecha que conmemora la firma del Protocolo de Montreal (1987), tratado internacional que marcó un referente en la lucha por proteger esta capa de la atmósfera que actúa como escudo frente a las radiaciones ultravioletas del Sol. Si bien derivados de la firma de este tratado se han registrado avances significativos a nivel global, la continuidad y el fortalecimiento de las acciones internacionales, nacionales y subnacionales, resultan esenciales para consolidar los logros alcanzados y prevenir potenciales retrocesos.
A principios de la década de 1980, la comunidad científica detectó un preocupante descenso en los niveles de ozono sobre la Antártida, lo que evidenció que la capa que protege a la Tierra de las radiaciones ultravioletas estaba siendo gravemente dañada. La causa principal de este fenómeno, denominado “agujero de ozono”, se atribuyó a la emisión de clorofluorocarbonos (CFC), compuestos químicos sintéticos empleados en aerosoles, refrigeradores y sistemas de aire acondicionado. Una vez en la estratósfera, estos gases liberan átomos de cloro que destruyen las moléculas de ozono mediante reacciones en cadena. Ante esta crisis ambiental, la comunidad internacional adoptó el Protocolo de Montreal en 1987, un tratado que establece la eliminación gradual de sustancias que agotan la capa de ozono, a través de calendarios obligatorios de reducción y sustitución tecnológica.
Como resultado de su implementación, se ha eliminado aproximadamente el 99% de las sustancias que deterioran la capa de ozono. Esta cooperación internacional ha tenido un impacto significativo en la salud pública, evitando hasta dos millones de casos de cáncer de piel al año, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, 2021). Además, contribuyó a mitigar el cambio climático, pues estudios científicos estiman que, sin este acuerdo, la temperatura media global podría aumentar hasta 1 °C adicional hacia finales del siglo XXI.
En este mismo sentido, México fue uno de los primeros países en firmar y ratificar el Protocolo de Montreal. En cumplimiento de dicho compromiso, en 2005 logró eliminar completamente el consumo de clorofluorocarbonos (CFC), logro que fue respaldado por el cese anticipado de la producción nacional de CFC, cinco años antes del plazo establecido. De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), esta medida representó una reducción aproximada del 12% de la producción mundial y del 60% en América Latina y el Caribe. Este conjunto de acciones posicionó a México como un referente en la implementación temprana de políticas ambientales internacionales.
No obstante, a pesar de los avances logrados mediante el Protocolo de Montreal, la recuperación total de la capa de ozono aún enfrenta retos importantes. Entre ellos se encuentra la detección de sustancias no autorizadas, como el triclorofluorometano (CFC-11), cuya producción y uso persisten en algunas regiones a pesar de su prohibición internacional desde 2010 (UNEP, 2019). Asimismo, el cambio climático sigue alterando las dinámicas atmosféricas, especialmente en las regiones polares, lo que podría ralentizar los procesos naturales de regeneración del ozono.
De igual forma, fenómenos como el aumento de los incendios forestales y la intensificación de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) representan factores adicionales que podrían afectar negativamente la recuperación de la capa. Ante este panorama, resulta fundamental mantener un sistema de monitoreo riguroso, junto con el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos y la aplicación efectiva de los acuerdos, disposiciones técnicas y marcos regulatorios establecidos en el marco del Protocolo de Montreal.
En este proceso de adaptación, la Enmienda de Kigali, adoptada en 2016, amplió el alcance del Protocolo al incorporar la regulación de los hidrofluorocarbonos (HFC), gases de efecto invernadero con alto potencial de calentamiento global. Aunque los HFC no dañan directamente la capa de ozono, su uso creciente representa una amenaza significativa para el clima, por lo que su control resulta esencial para la acción climática global (UNEP, 2017). La inclusión de estos compuestos refleja la capacidad de los marcos regulatorios internacionales para responder a los desafíos ambientales emergentes, siempre que se cuente con sistemas normativos sólidos y condiciones habilitadoras —técnicas, financieras e institucionales— que aseguren su aplicación efectiva. En este contexto, México ha avanzado mediante la Hoja de Ruta para la implementación de la Enmienda de Kigali, elaborada por la SEMARNAT en 2019, que establece prioridades regulatorias, sectores clave y alternativas tecnológicas para sustituir los HFC por compuestos con menor impacto ambiental.
La recuperación de la capa de ozono es un logro científico, político y social que demuestra cómo la cooperación internacional, respaldada por marcos regulatorios sólidos y acciones nacionales y subnacionales coherentes, puede revertir problemas ambientales de gran escala. Sin embargo, los desafíos actuales exigen mantener la vigilancia, fortalecer las políticas públicas y garantizar las condiciones habilitadoras necesarias para cumplir los compromisos asumidos. Solo mediante este esfuerzo conjunto será posible consolidar los avances alcanzados y asegurar un entorno seguro para las futuras generaciones.
Fuentes consultadas:
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). (2021, 15 de septiembre). La capa de ozono: cómo el mundo se unió para lograr su mayor éxito de cooperación ambiental. UNEP. https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/reportajes/capa-de-ozono-como-el-mundo-se-unio-para-lograr-su-mayor-exito-de
United Nations Environment Programme (UNEP). (2025, 19 de enero). How a pact to protect the ozone layer is helping to counter climate change. UNEP. https://www.unep.org/news-and-stories/story/how-pact-protect-ozone-layer-helping-counter-climate-change
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). (2022, 17 de febrero). Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono. Gobierno de México. https://www.gob.mx/semarnat/acciones-y-programas/protocolo-de-montreal-relativo-a-las-sustancias-que-agotan-la-capa-de-ozono-protocolo-de-montreal
United Nations Environment Programme (UNEP). (2018, 16 de mayo). UN Environment statement on CFC-11 emissions. UNEP. https://www.unep.org/news-and-stories/statement/un-environment-statement-cfc-emissions
United Nations Environment Programme (UNEP). (2017). FAQs on the Kigali Amendment to the Montreal Protocol. Ozone Secretariat. https://ozone.unep.org/sites/default/files/2020-01/FAQs_Kigali_Amendment.pdf
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). (2019). Hoja de Ruta para la implementación de la Enmienda de Kigali en México. SEMARNAT. https://dsiappsdev.semarnat.gob.mx/datos/portal/Hoja_de_ruta_EK.pdf