La 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) inició el pasado lunes 10 de noviembre en la ciudad de Belém, un importante puerto en la desembocadura del Amazonas. Dado que los países deberán presentar sus nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional(NDC, por sus siglas en inglés), esta Conferencia se perfila como un punto de inflexión para la acción climática a nivel mundial. De la mano de un renovado liderazgo de Brasil en la agenda ambiental internacional, en esta emisión se espera una atención especial a temas como la deforestación, la biodiversidad y la justicia climática.

El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2025 advierte que, con las políticas actuales, las proyecciones sitúan al planeta en un incremento de 2.8°C para finales de siglo; e incluso, con la implementación completa de las NDCs vigentes, la trayectoria lleva a un incremento de entre 2.3 y 2.5°C. En este contexto, la COP30 se enfrenta al enorme desafío de generar consensos para incrementar los compromisos y particularmente su implementación.

De acuerdo con el artículo 4 del Acuerdo de París, cada Parte debe comunicar una nueva NDC cada cinco años, garantizando un principio de progresión que incremente la ambición de las metas de mitigación, conforme a sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus capacidades respectivas, a la luz de sus circunstancias nacionales. 

El Informe de síntesis de las NDC (2025) presenta los principales hallazgos derivados del análisis de las 64 nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) presentadas hasta el 30 de septiembre. Estas nuevas NDC evidencian una progresión en términos de calidad, credibilidad y cobertura económica, así como una trayectoria coherente hacia la meta de emisiones netas cero. 

Se debe resaltar que las nuevas NDC han avanzado más allá del ámbito exclusivo de la mitigación, el 73% incluye un componente de adaptación, y se han incorporado elementos de financiación, transferencia de tecnología,  desarrollo de capacidades y atención a pérdidas y daños. Por otro lado, las nuevas NDC presentan un enfoque transversal:

  • El 80% de las Partes considera la igualdad de género en la implementación de sus NDC. Asimismo, el 61% de las Partes hizo referencia a planes específicos de acción climática con perspectiva de género. 
  • El 70% de las Partes utilizó el término “transición justa” o similar.
  • El 52% reconoció los impactos desproporcionados del cambio climático en niñas, niños y jóvenes, mientras que un 72% reportó un mayor énfasis en el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales dentro de la acción climática. 

Otro componente a destacar es que las nuevas NDC fueron elaboradas de manera participativa ya que 95 % de las Partes mencionó la existencia de mecanismos formales de consulta multisector con actores interesados. De estas Partes, 67 % señaló haber desarrollado comités o consejos especializados.

Estos numerosos datos nos permiten observar la evolución que han tenido las NDC las cuales se han vuelto progresivamente más sólidas durante la última década y, aunque los países siguen estando lejos de alcanzar el objetivo del Acuerdo de París, el escenario global se ha alejado de las proyecciones de aumento de entre 3 y 3.5 °C estimadas antes de su firma. En este sentido, las nuevas NDC reflejan una reducción proyectada de emisiones del 17 % con respecto a los niveles de 2019 (UNFCCC, 2025), sin embargo, serían necesarias reducciones del 35 % y del 55% para 2035 a fin de alinearse con las trayectorias de 2 °C y 1.5 °C, respectivamente (UNEP, 2025).

Resulta indispensable tanto incrementar la ambición como fortalecer la implementación. Por lo que es de celebrarse que el 97% de las Partes haya proporcionado información sobre los marcos jurídicos y de política pública que facilitan la ejecución de sus NDC, brindando mayor certeza y haciendo vinculantes sus compromisos. Asimismo, un 41% reportó la adopción de leyes, decretos o actas en materia de cambio climático, que junto con sus Constituciones nacionales —mencionadas en el 8% de las nuevas NDC— conforman el marco legal para su implementación. Este mismo 41% también hizo referencia a sus estrategias y planes nacionales sobre cambio climático, considerándolos instrumentos clave para respaldar la puesta en marcha de sus compromisos. 

Es fundamental que estos marcos jurídicos se complementen con otras condiciones habilitadoras nacionales y provenientes de la cooperación internacional, como el financiamiento, generando sinergias con el compromiso alcanzado en la COP29 de triplicar el financiamiento climático destinado a los países en desarrollo, con el objetivo de alcanzar los 300 mil millones de dólares anuales para 2035.

La COP30 se desarrolla en un contexto de importantes desafíos para la cooperación internacional, marcado por tensiones geopolíticas y transiciones políticas. En particular, la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París a partir de enero de 2026 ha generado incertidumbre en un panorama cada vez más complejo para que los países cumplan con sus compromisos climáticos y accedan a financiamiento. 

Al 5 de noviembre de 2025, 72 países han presentado su NDC, las cuales cubren aproximadamente el 62% de las emisiones globales. Entre los compromisos más destacados se encuentran: 

  • Reino Unido: reducción del 81% para 2035 (base 1990).
  • Unión Europea: 66.25 – 72.5% para 2035 (base 1990).
  • Brasil, como país anfitrión, ha establecido un objetivo ambicioso de reducción del 59 al 67% para 2035 (base 2005).
  • En cuanto a los grandes emisores, China anunció una reducción de entre el 7 % y el 10 % respecto a sus niveles máximos de emisiones, mientras que Estados Unidos presentó una meta de disminución de 61 % – 66 % para 2035 (base 2005). Esta última fue presentada a inicios del año, siendo vigente hasta su salida del acuerdo. 

Como puede observarse, la nueva ronda del Acuerdo de París representa una oportunidad clave para revitalizar los avances previos, promover nuevos liderazgos en el marco de los nuevos compromisos y cerrar la brecha hacia una acción climática más justa y efectiva. 

1  En el marco del Acuerdo de París, adoptado en 2015 durante la COP21, cuyo objetivo es limitar el aumento de la temperatura media global a menos de 2 °C y, preferentemente, a menos de 1.5 °C, los países deben presentar sus NDC, que representan sus compromisos nacionales en materia de mitigación y adaptación, tanto condicionados (con apoyo internacional) como no condicionados.

Referencias

Climate Watch. (2025). NDC Tracker. WRI. https://www.climatewatchdata.org/ndc-tracker

Srouji, J., Donado, H. M., Alayza, N., & Walls, G. (2025). Are Countries’ New Climate Plans Ambitious Enough? What We Know So Far. World Resources Institute [WRI]. https://www.wri.org/insights/assessing-2025-ndcs

United Nations Environment Programme. (2025). New climate pledges only slightly lower dangerous global warming projections. https://www.unep.org/news-and-stories/press-release/new-climate-pledges-only-slightly-lower-dangerous-global-warming

United Nations Environment Programme. (2025). Emissions Gap Report 2025: Off Target – Continued collective inaction puts global temperature goal at risk – Executive Summary. https://wedocs.unep.org/handle/20.500.11822/48856;jsessionid=34193673A6DF14F0548584077F726503United Nations Framework Convention on Climate Change. (2025). 2025 NDC Synthesis Report: Nationally determined contributions under the Paris Agreement.https://unfccc.int/p